miércoles, 10 de noviembre de 2010

CRÓNICA DE UN PAYASO REBELDE


Muchas emociones y situaciones han abordado a Bernardo en su viaje por tierras palestinas.
Marchó de su pueblo chiquitico sin ninguna idea preconcebida y sin saber que se iba a encontrar allí. Ahora vuelve conociendo a un pueblo que esta cansado de pelear, que lo único que quiere es poder vivir en paz en el trozo de tierra que tienen. Un pueblo que quiere poder trabajar su tierra sin miedo a que vengan otros y se la ocupen, o poder viajar libremente sin tener que ser controlados o censurados en ciertos lugares del mundo.
Después de casi una semana de volver de aquellas tierras y tras varios intentos de hacer una crónica de todo lo vivido allí, nos es imposible escribirlo. Muchos de los intentos acababan siendo un simple relato o una redacción de lo ocurrido por los cinco payasos que hasta allí se desplazaron.
Lo que a continuación sigue, son las letras que salieron de mi cabeza mientras esperaba en los aeropuertos para volver a nuestro pueblo chiquitico:


"Cuánto vale
Cuánto vale esto.
Cuánto vale el sentirse libre por un instante y poder hacer lo que realmente te gusta hacer.
Cuánto vale el enfrentarse a una gente desconocida e intentar robarles una pequeña parte de su preciado y estresado tiempo.
Cuánto vale el viajar por el mundo con la máscara más pequeña que existe y que a la vez es un arma enorme.
Cuánto vale hacer temblar los cimientos de sociedades que no quieren abrir sus ojos a la gente que tiene una mirada amplia.
Cuánto vale hacer que unos ojos secos y sombríos se llenen de luz y lágrimas.
Cuánto vale conseguir que la gente olvide por un momento sus problemas y comprenda que la vida son más cosas que el dinero o el poder.
Cuánto vale una risa.
Cuánto vale."



Esto fue posible gracias a Claudia, Javi, Alex y Enerst, que empezaron siendo amigos y compañeros y han acabado siendo parte de mi familia.
Y gracias a ese pueblo que me ha enseñado tanto.




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